El aeropuerto ya no experimenta la concentración masiva de taxis. Ahora la oferta y la demanda coinciden casi al 100% y los clientes no han experimentado un mayor tiempo de espera para un taxi. Al contrario, el tiempo de espera para un taxi es muy bajo y el 99% de las veces inferior a 4 minutos.
El proyecto tenía que resolver 3 retos principales.
La alta concentración de taxis en el aeropuerto y sus alrededores cuando la demanda no se correspondía, el a veces bajo nivel de servicio a los clientes en el aeropuerto y las infracciones de la legislación del taxi que se producían a diario con los clientes como testigos de ello.
Para favorecer a los conductores y reducir su tiempo de espera, el sistema establece el objetivo de que un taxi espere un máximo de 20 minutos de media al año por trayecto desde el aeropuerto. de media al año por trayecto desde el aeropuerto. El sistema también lo regula por sí mismo si se desea.
El aeropuerto ya no experimenta la concentración masiva de taxis. Ahora la oferta y la demanda coinciden casi al 100% y los clientes no han experimentado un mayor tiempo de espera para un taxi. Al contrario, el tiempo de espera para un taxi es muy bajo y el 99% de las veces inferior a 4 minutos.
El nivel de servicio también se ha elevado a una puntuación de alrededor de 5 sobre 6 y el número de quejas sobre el servicio ha descendido a muy pocas a lo largo de un año civil completo.
La introducción del catálogo de sanciones en la solución ha reducido el número de infracciones de aproximadamente 1 por taxi registrado en TMS en 2015 a 0,20 por taxi en 2019.
Para resolver los problemas, fue necesario limitar el acceso de los taxis al aeropuerto para que llegaran justo antes de que surgiera la necesidad de un taxi. Esto se solucionó con un sistema basado en previsiones que llamaba a los taxis cada 90 segundos en función de la previsión. El sistema se autorregulaba y se autorregula en función de la previsión, de modo que una previsión incorrecta es corregida por el propio sistema.
El reto del nivel de servicio se resolvió accediendo a la propia app de las empresas de taxis, donde los clientes de taxis puntuaban los viajes, y CPH decidió que solo los conductores con una puntuación de min. 4,8 sobre 6,0 podían realizar viajes desde el aeropuerto.
La introducción de un catálogo de sanciones que excluía al taxi y al conductor de realizar viajes desde el aeropuerto durante un periodo de tiempo determinado (en función de la gravedad de la infracción) permitió regular conductualmente esa parte del desafío.
Las iniciativas ecológicas se han ampliado para incluir ventajas para los taxis eléctricos, la posibilidad de reutilizar los taxis que dejan a los clientes en el aeropuerto, así como algunos ajustes técnicos solicitados por las empresas de taxis que les permiten utilizar su flota de forma aún más eficiente en beneficio del medio ambiente.
Antes de obtener nuestro sistema de gestión de taxis (TMS) de Dopago (antes Payvend), las operaciones de taxi en CPH eran caóticas a veces, pero gracias a una buena cooperación hemos conseguido crear una solución fantástica. Ya no experimentamos ni de lejos los problemas que teníamos hace años y, junto con Dopago, ahora podemos convertir el TMS en una solución aún más ecológica en beneficio del medio ambiente y del aeropuerto".
Lene Andersen, Directora del Departamento de Aparcamiento y Taxi de CPH
Ya atendemos a muchos segmentos de clientes diferentes y cada vez se nos unen más. Dado que nuestras soluciones son escalables y pueden adaptarse a todo tipo de necesidades y deseos diferentes, podemos marcar la diferencia en términos de optimización, eficiencia y valor global para nuestros clientes. optimizar, racionalizar y, en general, crear valor para nuestros clientes en su vida cotidiana.
